La inmunización contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR): una defensa vital para nuestros más vulnerables
- Alejandro Díaz

 - 23 oct
 - 3 Min. de lectura
 

Editorial
La inmunización contra el VSR es la herramienta más poderosa que tenemos para salvaguardar a nuestros infantes de una infección potencialmente mortal. Debemos hacer uso de esta protección disponible.
El virus sincitial respiratorio (VSR) es un patógeno común que ataca el sistema respiratorio, manifestándose inicialmente con síntomas que recuerdan a un resfriado, como secreción nasal, tos y dolor de garganta. Si bien el VSR puede infectar en cualquier época, generalmente su incidencia máxima ocurre durante el invierno.
La amenaza del VSR reside en su capacidad de causar infecciones graves o potencialmente mortales en las vías respiratorias pequeñas de los pulmones de bebés y niños pequeños
. Las estadísticas son claras y urgentes: casi la mitad de las hospitalizaciones y muertes por VSR anualmente ocurren en niños menores de 6 meses. Millones de niños son hospitalizados cada año debido a los síntomas del VSR.
La Solución a Nuestro Alcance
Afortunadamente, existe una estrategia de protección robusta. Desde el año 2023, la inmunización contra el VSR está disponible para mujeres embarazadas, recién nacidos y adultos mayores en muchos países del mundo. La implementación de esta inmunización ha resultado en una reducción significativa en el número de niños hospitalizados y fallecidos a causa del VSR. En Bogotá se iniciará la campaña de inmunización a principios de 2026, esperamos que esta medida se extienda a todas las regiones del país.
Dado que los bebés menores de 6 meses son el grupo más amenazado, la vacunación se centra primordialmente en esta población. Actualmente, los lactantes pueden obtener protección de dos maneras, ambas seguras y altamente efectivas para prevenir problemas respiratorios graves causados por el VSR:
1. Inmunización Materna: La madre recibe una vacuna durante el embarazo.
2. Inmunización Infantil: El bebé recibe una vacuna diferente después del nacimiento.
Corresponde a los padres tomar la importante decisión sobre qué método prefieren utilizar para proteger a sus hijos.
Un Llamado a la Acción y a la Protección Estratégica
La inmunización es un paso preventivo que debe ser priorizado para varios grupos clave [4]:
Madres Embarazadas: Todas las madres en sus últimos 2 meses de gestación durante los meses de otoño o principios de invierno (septiembre a enero) deben recibir la vacuna. Esta medida protege al lactante durante aproximadamente 6 meses después del nacimiento.
Lactantes de Alto Riesgo: Los bebés menores de 8 meses deben recibir la inmunización si sus madres no la recibieron durante el embarazo, o si el bebé nació dentro de los 14 días posteriores a la vacunación materna. Esta protección dura aproximadamente 5 meses.
Niños con Condiciones de Riesgo: Los niños entre 8 y 19 meses que están ingresando a su segunda temporada invernal de VSR también deben ser inmunizados si están en riesgo de enfermedad grave. Esto incluye a niños con sistemas inmunitarios débiles, enfermedad pulmonar crónica de la prematuridad, o fibrosis quística, además de aquellos de etnia indígena americana o nativa de Alaska.
Es importante destacar que la protección contra el VSR también está disponible para ciertos grupos de adultos vulnerables, como los adultos de 75 años o más, aquellos que residen en residencias de ancianos, y adultos de 50 a 74 años con alto riesgo de salud (debido a enfermedades cardíacas, pulmonares, hepáticas, sanguíneas o renales, o sistemas inmunitarios debilitados).
Vigilancia y Prevención Adicional
Es crucial poder distinguir los síntomas del VSR de un simple resfriado. Los niños con VSR pueden presentar secreción nasal o congestión, respiración acelerada o ruidosa, utilizar músculos adicionales para respirar (músculos por encima y por debajo de la caja torácica o entre las costillas), y mostrar poco deseo de comer o beber. En casos graves, la infección puede requerir hospitalización para recibir líquidos o apoyo respiratorio, pudiendo necesitar oxígeno o incluso un tubo de respiración en una unidad de cuidados intensivos.
Finalmente, la inmunización debe complementarse con prácticas de higiene básicas: lavarse las manos con jabón o desinfectante, cubrir la tos y los estornudos, limpiar las superficies que se tocan a menudo, asegurar una buena circulación de aire en interiores o reunirse al aire libre, y evitar el contacto físico cercano con otros cuando se tiene una enfermedad respiratoria.
La inmunización contra el VSR es la herramienta más poderosa que tenemos para salvaguardar a nuestros infantes de una infección potencialmente mortal. Debemos hacer uso de esta protección disponible.


